carencia...de casi todo

sábado, abril 15, 2006

LA TERCA MANIA DE ESCRIBIR

Algunos a menudo confunden la mediocridad
Con la costumbre
Y así se acostumbran
A una mujer, a un trabajo, a una profesión,
Al dinero, a una familia, a un beso,
A unas caricias, a unas nalgas, a unas tetas,
A una religión, a una vida…
A la muerte.
Mientras otros tantos creen salir de la mediocridad
Acostumbrándose a escribir entupidas palabras.


Martín Bonaso

NO TODO EL DOLOR LASTIMA

A veces te hace más fuerte y te hace
Darte cuenta de que de verdad estás vivo
A veces el dolor te obliga a buscar las
Cosas hermosas de la vida que ni sabías
Que existían.
A veces el dolor te exige
Que estés contigo y que te escuches
Recuerda que no todo el dolor lastima.
Y que a veces puede ser como un latigazo en la espalda
Mientras tienes un orgasmo;
Tú decides concentrarte en el dolor o en el placer
Es tu elección
No todo el dolor lastima
Porque a veces, aunque sientas que no puedas más
Tu tristeza no dejará de ser un dolor lacónico...
Yo creo que no todo el dolor hace daño
De otra forma, ¿donde estaría ahora?


Sensemaya

ENTRE PARÉNTESIS. RESISTE, RESISTE

Pataleo, me muevo bruscamente, trato de zafarme y no puedo ¿A dónde me lleva? No le se. Desde las alturas alcanzo a ver una calle, una casa, se parece a la mía. Miro bien y veo a un niño parecido a mí. Idéntico. Me asusto y hago un nuevo intento por zafarme. Es inútil mi esfuerzo. El niño llora por un caballito que su padre lo ha hecho pedacitos azotándolo bruscamente contra el patio. El niño llora y llora, su llanto me molesta, le escupo para que se caye, mi saliva se disparse en el aire. La madre consuela al niño ofreciéndole un dulce-al menos eso parece- el niño se mete el dulce a la boca igual que sus lagrimas. Se traga todo, el dulce, sus lágrimas…todo.Intento golpear a quien me sujeta es absurdo ni veo ni lo alcanzo. Del ajetreo sufro taquicardia, volteo a ver mi pecho y empieza a llenarse de sangre. Gota a gota cae mi sangre. Un hilito de sangre le escurre al niño por la frente, igual que el dulce y sus lágrimas se traga mi sangre y deja de llorar. Alcanzo a ver una parte de mi corazón, oprimo fuertemente con mis dos manos para evitar que salga, su impulso es mayor, mis brazos se llenan de sangre. Hago un ultimo esfuerzo, sólo se quedó en eso, en un intento. Se siente caliente me quema las manos y las retiro. Al mismo tiempo que mi corazón cae. Trato de agarrarlo. No pude. El niño lo ve a la mitad del patio. Corre y lo toma con sus dos manitas y empieza a comerlo. Su boca se llena de sangre igual que sus manos. Disfruta del manjar. Entonces caigo, el aire me duele, la herida duele. Me muevo como gato tratando de caer bien, no quiero morir. El niño voltea hacia arriba y se hace a un lado evitándome. No siento mi cuerpo, hago un último esfuerzo y estiro mi mano pidiéndole mi corazón. El niño da vuelta y se va caminando dejando un camino muy fino de sangre.

Martín Bonaso

SOMBRAS

Volteo hacia la pared, ¿Dónde te encuentras?
¿Acaso has cumplido tu amenaza?
Te largaste ha recoger esos destellos de luz
Los pasos que con ansia en algún tiempo avanzamos
Y recorrimos distancias astrales para llegar a este fin.
¡No ¡sombra mía, déjalos en el olvido, regresa a este lugar
Que nos pertenece desde hace ya algún tiempo
Volvamos sombra mía a saborear las hieles de la vida
Vuelve y juntos acompañaremos a la dama soledad.

Cale a boca